martes, 8 de mayo de 2018


Algo que armé ayer, mientras escuchaba un disco de Radiohead (A moon shaped pool):

Corporizar el I Ching en una moneda y hacerla estallar contra el suelo
romper todas las predicciones, negar y negar
todas las posibilidades escritas en sánscrito
afrontar un día sans frontiers
a pura pandereta agitada, con levedad, cerca del oído
mientras se camina en dirección
a ninguna dirección específica.

Quién quiere desarrollar una carrera en lo que sea
(whatever, whatevah, homie)
quién quiere
una brillante medalla en el pecho pulida por manos ávidas de polenta
(alimento simple, pero justo)
mejor es ir, mejor es irse
lejos, muy lejos
y hacer lo que plazca cuando plazca
ser un no nombre
tener el paladar limpio de contradicciones.

Pero bienvenido a la adultez, homie
lo que se lucra por un lado no se lucra por el otro
esto es
ir con un bolsillo lleno de monedas y el otro
arqueado como un cuenco de algodón
lleno de aire
de las montañas tibetanas.

Exhalar.
Exhalar y exhalar y que el oxígeno liberado
sea fresco, sea del día (antiguo chiste).
Ser libre.
Intentar ser libre
(sea lo que sea que eso signifique)
y ascender
(sea lo que sea que eso signifique/
whatever the fuck that means).

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