lunes, 16 de agosto de 2010



Wo oh
oh oh oh oh

si tuviera 33 años
y quisiera escribir unos poemas retro-teenager-postflogger de corazón roto
escribiría algo como esto:

3 x 1:

te van a cortar el rostro otra vez, es inevitable
y todo bien con eso
sabés que te van a rechazar
chicas que te gustan por un par de semanas
y podés lidiar con eso
duele unos días pero pasa para atrás
queda en los cimientos de las próximas conversaciones

el problema real
es pilotear la situación de escala Richter
que se da cuando conocés a la mujer que podría ser tu esposa
y a mitad o final de la conversación
saca un cuter del bolsillo
y con mucha o poca destreza
te marca una línea roja en la cara

ahora
puede ser que no hayas detectado las señales
o por ahí las señales estaban a la vista
y las negaste
también podrías haber adivinado el cuter guardado
o no, no sé, no te conozco tanto
el caso es que, sea como sea,
cuando ese momento es tuyo y viceversa
duele
como
el
carajo

+

el amor es un ataque al cuerpo
a las ramificaciones emotivas, discursivas, rememorativas
es a todo o nada

es por eso
que cuando la chica que te gusta no te habla
o se va con otro
sentís que estás jugado, que perdiste todo

y craneás la conclusión
de que por una vez estaría bien ser el objetivo principal
y no parte del daño colateral

+

una correntada de lava me arrastró de tu vecindario
sin beso
sin olor a vos
sin probar el café de tu desayuno

domingo, 1 de agosto de 2010




cortar el pelo muy corto
no, corrección
raparse
raparse a pleno en invierno

o tomar un vaso de coca fría
en el día más frío del año
y después
masticar el hielo

esos actos
no van a transportarte al polo norte
aunque digas ¨oh, si pudiera ¨
estar descalzo sobre una plataforma de hielo

pero nada de arponear animales, nada de perseguir osos polares
es para ver
un poco de ese hielo que se extiende
más allá de la vista, que tiene capas de tonos blancos, celestes y grises
que se forma
sobre el agua y se hace faz externa

estar ahí
para atestiguar toda esa belleza
para intentar explicar
la manera en la que el sonido de tu propia respiración
se diluye en las correntadas de viento