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El dios de los esquimales:
1
otra vez me tildo pensando en nieve
mientras el ventilador que tumba el calor
hace lo suyo
cuelgo pensando en el polo norte
relajo pensando en una zona alejada de la ciudad
cubierta por nieve y la vegetación del caso: pinos y algo de verde
para que mastiquen los animales
y por ahí voy con las all star rojas
las mismas con las que estuve dando vueltas todo el día
voy, no en linea recta, tampoco explorando
más bien me guardo el tiempo
mientras doy pasos en la nieve mullida
con las suelas número 42, de goma
me adentro más y más en el paisaje
para estar más lejos
de la fuerza constructiva y destructiva de la civilización.
esto es puro, hermano, este lugar es puro
en un claro encuentro un grupo de alces
sin otra forma posible de comunicación levanto la mano
pero existe una diferencia entre la voluntad de ser parte de la fauna local
y la vinculación real con la fauna local
los alces no registran el hecho de que me siento uno con la naturaleza
y está bien que así sea, que exista esta separación
de uno que mira y los animales que hacen
los alces pastan
hunden el hocico en la nieve para buscar raíces masticables
sin reparar en el hecho de que los miro
es que antes
otros ya tuvieron la fantasía de recorrer
los territorios nevados
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2 comentarios:
Qué flojito, che? No talen esos árboles...
Jonás, muy bueno este texto! Felicidades por tu nuevo libro; ojalá pueda conseguir un ejemplar algún día. Vaya un abrazo,
S.
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