martes, 13 de enero de 2009





la camisa
mantiene la sacralidad de la ropa limpia
de la tela fresca a la sombra
de las prendas
colgadas en la soga al aire libre

la temperatura del afuera
es suficiente
para secar los huevos de polilla
se puede
sacar lo que está embolsado en el placard
en la parte alta

el olor a lavanda en las frazadas
ya no se acostumbra
ahora hay naftalina que puede dejarte estéril
nada de tradición
nada del viejo continente

en otoño
las prendas tibias al sol
se sostienen
por broches de madera

3 comentarios:

{ maría } dijo...

lavanda y pimienta para las polillas.
lindo Jonas.
recuerdo el verano , en la casa de mis abuelos, en mardelplata,
las frazadas con ese olor, colgadas de las ventanas y en los arbustos , al sol.
bss
maria

Andrés Boiero dijo...

Me gustaron mucho tus poemas.

Andrés Boiero dijo...
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