Ayer hubo otra sesión de taller, a cargo de mister llach y mister incardona. Llevé un cuento en el que hay una violación y una venganza por parte del hermano de la víctima. La consigna era hacer hablar al enemigo, tomar una voz repudiable y construir algo con eso, así que el hermano resultó ser un neonazi, solo que no le di el suficiente aire como para que respirara y se hicera ¨real¨.
Me hicieron algunas marcas bastante certeras y me di cuenta de dos cosas:
1- me sigue hinchando las pelotas que me correccionen lo que escribo, no me gusta leer en voz alta, me siento expuesto, me siento puesto a prueba y no me agrada que me pongan a prueba ( son muchos enunciados pero forman parte del mismo item )
2- lo que no se resuelve en la vida no se puede resolver en la literatura.
esa frase se la leí decir a un escritor, no recuerdo quien, pero siento que en mi caso es cierto, los detalles que me señalan sobre mis limitaciones en la escritura están relacionadas con cosas que no puedo resolver en la vida civil.
y no se que carajo hacer.
en otro orden de cosas:
no me puedo sacar a alguien de la cabeza, aunque discursivamente puedo decir: era una egoísta, desconsiderada, bla bla bla bla, la verdad es que entro al subte y siento que está ahi, siento que la voy a encontrar en la calle, sueño con ella y cuando me despierto, again, no se que carajo hacer.
pero la vida sigue y tengo que dar exámenes para terminar el cbc, tengo que probar que se para legitimizsarme.
y que más te puedo contar...
ah, si.
casi no estoy escribiendo poesía, por eso no estoy publicando entradas.
tengo que ver de que manera se puede cortar y pegar parte de lo que estoy haciendo.
ya veremos.
bueno, me retiro, fue lindo hablar con vos.
nos vemos, te mando un abrazo grande, cuidate.
jonas
pd: salió el libro de incardona, villa celina, compralo que está re buenisimo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Juerza querido!
saludetes
jonas!, no llores que estaba muy bien!!!
besos!
Publicar un comentario